6 razones por las que mi hijo se desmotiva en las artes marciales

A todos los padres nos ha pasado que, tarde o temprano, por más que uno anhele ver a su hijo convertido en un cinturón negro, en ciertas ocasiones éste se desmotiva y no quiere seguir asistiendo a sus clases.

Artres MArciales

Las razones

Esto suele pasar por muchas razones. A veces son comportamientos esporádicos, del momento. Otras veces es un rechazo que puede durar varios días, o hasta meses.

Hoy te ayudamos a identificar cuales son las razones principales que, según nuestros años de experiencia, sabemos ocasionan estas demotivaciones.

1) Suspender las clases por un largo período de tiempo

Cuando viene la temporada de vacaciones, es muy común que los padres decidan suspender las actividades de sus hijos en su totalidad. El niño no solo descansa del colegio, sino que también suspende sus actividades extracurriculares, ya sea para darle un “descanso” o por motivo de un viaje. Estas largas interrupciones tienden a ser contraproducentes para el proceso de formación que el niño lleva en su clase de artes marciales. Tiende a perder el ritmo de entrenamiento y aprendizaje. Cuando regresa, se siente desmotivado de tener que volver a iniciar este proceso para ponerse al día en su currículo.

2) Alto índice de inasistencia

Otra razón muy común es la inasistencia a las clases. Esto tiende a desorientar al niño puesto que el currículo de clases en American Taekwondo Center está diseñado para aprender paulatinamente los requisitos de su nivel del cinturón, de una manera estructurada, de tal forma que si pierde el ritmo de aprendizaje, es como si el niño diera un paso hacia adelante y dos pasos hacia atrás.

3) Sobrecarga de Actividades

Muchas veces los padres se obsesionan con mantener a sus hijos en un sinnúmero de actividades extracurriculares que tienen a sobrecargar física y mentalmente a los niños. Como dice el dicho “el que mucho abarca, poco aprieta”. Se debe procurar concentrarse en una o dos actividades en las que el niño logrará una evolución significante, sin necesidad de que este se sienta sobrecargado y genere un rechazo hacia una o varias de estas actividades.

4) Víctima de la Monotonía

Es muy común que el alumno de artes marciales comience muy motivado porque inicialmente todo es nuevo para el  o ella. Al pasar el tiempo, suele suceder en ciertos centros, que la falta de variedad y diversidad dentro del currículo de clases hagan que el niño se sienta que ya no hace nada nuevo. Es por esto que en American Taekwondo Center, diseñamos un currículo completo en la que los alumnos constantemente están cambiando de actividades. El combate, las figuras tradicionales, el entrenamiento tradicional y no-tradicional, entre muchos otros, son elementos que permiten vivir una experiencia dinámica y distinta en todas las clases.

5) El “Burn-out”

El “burnout” se puede describir como la sobrecarga de entrenamiento que causa que el alumno se “queme” y de desmotive rápidamente a continuar. Esto suele suceder cuando el niño practica todos los días, o realiza sesiones de más de 1 hora de duración. La intensidad de una práctica de artes marciales no debería exceder de 3 veces a la semana, dependiendo del nivel del alumno. En American Taekwondo Center únicamente ofrecemos las clases todos los días en épocas muy especiales como es la temporada de vacaciones, pero o es una práctica que debe mantenerse por mucho tiempo.

6) Sin Objetivos Claros

Finalmente, cuando un alumno no tiene metas claras en su entrenamiento, tiende a desmotivarse, puesto que no tiene una razón para seguir asistiendo a sus clases. En American Taekwondo Center el alumno siempre tendrá en mente que su próxima meta será el nuevo requisito necesario para alcanzar su nuevo nivel del cinturón. Este le permite al alumno adquirir auto-disciplina, y posteriormente le genera más confianza en sí mismo medianta vaya alcanzando dichas metas.

Alcanzar un cinturón negro no es fácil. Solo los más dedicados y perseverantes pueden lograrlo.
Alcanzar un cinturón negro no es fácil. Solo los más dedicados y perseverantes pueden lograrlo.

Cualquiera que sea la razón, recuerda que como padres, todos tenemos la responsabilidad (aunque a veces queramos desistir y tomar el camino más fácil) de enseñar a nuestros hijos que el progreso y los logros nunca serán fáciles. Que para perseverar, a veces toca sacrificar cosas como unas largas vacaciones, o una salida con amigos. Que deben mirar más allá de la gratificación instantánea, tan común hoy en día en la juventud, y visualizar el logro de unos objetivos a mediano y largo plazo.  Al fin y al cabo, las verdaderas armas para luchar ante la vida, nacen de eso: la disciplina, la constancia, la persistencia, la perseverancia, la responsabilidad y el sacrificio.