Reflexiones antes de un Examen de Cinturón Negro

Comencé mi experiencia con Taekwondo cuando tenía 5 años, como estudiante del grupo de 3 y 4 años en ATC. Mis padres sabían que esta disciplina sería un excelente complemento para mi educación y valores para la vida, haciéndome una persona más fuerte, física y emocionalmente. Ciertamente estoy de acuerdo con ellos.

 

Mis padres también me dijeron que cuando era más joven tuve algunas dificultades con mis habilidades motoras. Sé que Taekwondo me ha ayudado a ser más ágil a través de todos los ejercicios que he practicado, para el beneficio de esta disciplina y otros deportes también. Me han apoyado pagando mis clases durante los últimos siete años, sin interrupciones. Creo que este proceso me ha hecho un mejor ser humano. Creo que si siempre pongo en práctica los principios de Taekwondo: confianza, disciplina, respeto y control, seré una persona exitosa y un buen ciudadano global.

Aunque hago mi mejor esfuerzo para hacerlo, a veces no he cumplido con estos principios en mi hogar y en la escuela. Eso significa que debo asumir mis errores; pero realmente me gustaría superarlos. Al hacer este ensayo, me comprometo conmigo mismo, mi familia, mi escuela y la Academia, de ser más coherente entre lo que digo y lo que hago.

 

Certificado de Cinturón Negro
Juan Diego recibiendo su primer grado de cinturón negro a la edad de 13 años, de la mano del Gran Maestro Ye Bong Choi

Taekwondo me ha ayudado a hacer nuevos amigos en la Academia. He encontrado que son respetuosos y serviciales. Me gusta ir a Taekwondo porque todos son amables y me siento valorado. Una de las personas que nunca olvido es la señora Amanda, porque cuando era pequeño siempre me saludaba de una manera agradable. También el maestro Gregory ha sido un gran maestro y me gustaba cuando jugaba con nosotros como el malvado villano que intentaba atacarnos. Mr. Celis fue siempre un profesor amable y un gran ejemplo a seguir por sus enseñanzas. Ms. Mónica y el Maestro Henrry tienen mucho en común; ellos hacen una hermosa pareja y me han enseñado todo lo que sé con cada pequeño detalle. También me gustaría mencionar mi gratitud a todos los demás maestros y al personal de ATC.

En las últimas semanas de mi curso de entrenamiento de cinturón negro, una frase del Gran Maestro Choi, dicho por el Maestro Henrry, ha venido muchas veces a mi mente: “Llorar en el entrenamiento, reír en la batalla”, como una forma de ganar fuerza durante este curso curso tan exigente. Me siento muy motivado con esta increíble experiencia.

Convertirse en un cinturón negro no ha sido un camino fácil. Es un objetivo que yo y mis padres habíamos establecido desde el comienzo de mi curso. Creo que el diploma de cinturón negro será el premio por tan gran esfuerzo. Al mismo tiempo, establece el camino para la continuación de un proceso más emocionante y divertido. Llevar un uniforme de cinturón negro representa un gran honor y orgullo. Espero poder ayudar a otros estudiantes en la Academia, como instructor asistente, de la misma manera que otros me han enseñado. Si tengo la oportunidad de enseñar a otros, haré algo bueno por ellos y, al mismo tiempo, me beneficiaré de seguir practicando lo que he aprendido.

Juan Diego recibiendo su segundo grado de Cinturón Negro en American Taekwondo Center
Juan Diego recibiendo su segundo grado de Cinturón Negro en American Taekwondo Center a la edad de 15 años, de la mano de Master Mónica y Senior Master Henry

Creo que el entrenamiento de Taekwondo nunca termina. Quiero que sea parte de mi vida. A medida que vaya creciendo en conocimiento y habilidades, será un verdadero complemento para mi vida personal y profesional.

 

Finalmente, me gustaría terminar este ensayo agradeciendo al Maestro Henry por todo lo que ha hecho para ayudarme a mí, a mi familia y a muchos otros; y deseo que Dios lo bendiga y lo guíe sabiamente para la noble misión que ha elegido hacer en su vida. Enseñar taekwondo.

Juan Diego Muñoz Contreras
13 años de edad
Barranquilla, Colombia
Octubre de 2016